Hace unos años, cuando estaba en 2º de bachiller escribí este artículo para Lengua Castellana y literatura, y la verdad es que me gustó mucho, y a la profesora también, creo recordar que me puso un sobresaliente por él. A ver si os gusta a los que lo leáis:
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Últimamente se ha abierto la veda en relación con el sexismo en el lenguaje y como suele pasar con todo, hay dos grandes opiniones y corrientes de pensamiento, una, que sí hay sexismo en el lenguaje español y otra que no lo hay. Normalmente suelen ser las mujeres las que defienden la teoría del lenguaje sexista, ya que las mujeres llevan al feminismo a los límites más insospechados, hasta la lengua se ha visto salpicada por el feminismo. Está bien que las mujeres defiendan derechos e igualdades pero no llevar esas ansias de derechos e igualdades hasta los límites a los que los llevan. La lengua es un bien común que hemos ido heredando de generación en generación durante siglos y siglos y por el pensamiento e ideología de algunas mujeres no se debe cambiar. El castellano es una lengua romance, proviene del latín, por lo que el problema viene de atrás. Por ejemplo: en la palabra “juez” del latín “iudex”, permitir el femenino de esta palabra “jueza” sería un error gramatical, porque los romanos nunca dijeron “indexa” (al menos que se sepa, claro). Así que para cambiar las palabras castellanas tendrían que cambiar la lengua latina, pues inventen una máquina del tiempo y vayan ustedes a la época romana y díganles a los hablantes que esas normas no son así porque en el futuro nos sentiremos discriminadas una serie de mujeres.
Diciendo el masculino y el femenino cada vez que se habla lo único que se consigue es que nos expresemos de una forma menos fluida, y ya no hablemos en discursos que se harían tan largos y somnolientos que en los mítines políticos repartirían almohadas en vez de banderitas del partido correspondiente.
La letra “a” ahora resulta que es una marca de femenino y la “o” del masculino, pues bien, resulta que tenemos letras parias como la “e”, la “i” ó la “u” a las que no quieren en ningún bando. Parece ser que todo lo relacionado con lo masculino tiene que terminar en “o” y lo relacionado con lo femenino en “a”, pues, si ésto es así, resulta que Rafael Alberti es un “poeto” y Montserrat Caballé una “soprana”.
Si estas mujeres dicen que el término “piloto” excluye a las mujeres que ejercen ese oficio y solo se refiere a los varones, pues si se permitiera el femenino “pilota” ¿Por qué no permitir el empleo de la expresión “pilota automática”? Suena extraño, yo me imagino a un piloto de aviones en un momento en el que corre peligro la vida de los pasajeros y todo depende del piloto automático y tiene por “copilota” a una de las mujeres “lenguajediscriminataristas” y le dice “¡Ponga la pilota automática!, ¡Rápido póngala!” y mientras que el piloto se recupera del shock de estas palabras ya son portada de todos los periódicos. El uso del término “pilota automática” sería para aviones “Iberia”, que son femeninos y el de “piloto automático” para “Airbus”, puestos a imaginar. Los aviones pilotados por hombres tendrían piloto automático y los pilotados por las mujeres tendrían pilota automática, ¿Y si el avión tiene un piloto y una “copilota” o una “pilota” y un copiloto? Serían pilotos automáticos unisex.
También dicen algunas mujeres que al utilizar términos como “todos” se sienten discriminadas porque entienden ellas que solo se refieren a los varones, pues muy bien, ¿Se sentirán igual de discriminadas si están en un banco, con hombres y mujeres, y entran atracadores gritando ¡Todos al suelo!? ¿Se quedarían en pie porque ellas opinan y entienden que los atracadores solo quieren que se tiren al suelo los hombres? No creo que se quedaran en pie. Según la teoría defendida por estas señoras los atracadores tendrían que entrar a punta de pistola gritando: “¡Todos y todas al suelo!”, pues mientras que dicen todos y todas al suelo han perdido un tiempo muy valioso en el que el señor banquero ha pulsado la alarma y ya la policía (si está formada por mujeres, si está formada por hombres sería policío) apresarían a los ladrones. O para no irnos a una situación tan incómoda, ¿Se sentirían discriminadas si están cualquier lugar y llega una persona repartiendo millones (cosa muy poco probable) y diciendo “Todos sois millonarios”? Ellas según sus propias opiniones y pensamientos agacharían su cabeza y se marcharían porque solo serían millonarios los hombres.
Como se ha podido comprobar a lo largo del escrito no estoy de acuerdo en que el lenguaje sea sexista, no es que sea sexista, es que el lenguaje tiene un conjunto de normas y leyes que hay que cumplir, leyes que tenemos heredadas de la cultura latina. Solo con el uso frecuente de palabras y expresiones se podrían llegar a aceptar, pero dudo mucho que todas las personas, o la mayoría, de España llegue a hablar un día utilizando el masculino y el femenino. Ni los políticos alargarán más sus mítines por esos asuntos, ni Montserrat Caballé será “soprana”, ni los atracadores dirán ¡Todos y todas al suelo!, ni mucho menos seremos todos y todas millonarios y millonarias.