Este es un blog donde encontraréis cositas varias que ni yo mismo sé que voy a poner, sólo espero que disfrutéis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo

miércoles, 26 de agosto de 2009

Habemus Papam II


Al día siguiente, muy temprano, Gregorio XVII estaba sentado en el escritorio de su habitación y escribía:

Justificar a ambos ladosCatólicos del mundo:

Soy el Papa Gregorio XVII y expongo aquí, en mi primer escrito oficial, las intenciones de mi pontificado. En primer lugar, he de aclarar que estoy aquí por imperativo divino, gracias a Dios y a su infinita sabiduría, que ha elegido a un hombre que traiga a ésta, su religión a los mundos del hombre. Durante muchos años hemos vivido a merced de hombres que, por imperativo de un cónclave, han sido elegidos Papas y, como tales, se han limitado a continuar con el legado ideológico que ha sido la fuente de pérdidas de fieles de la Santa Iglesia Católica durante siglos. Como jefe de la iglesia anuncio cambios y esos cambios cambiarán el mundo católico y el mundo profano. Ya no somos los inquisidores de tiempo atrás, somos hijos de Dios que seguimos su herencia, la herencia del Santo Padre. Si queréis a Dios, debéis seguirme a mí. Me despido dando gracias a Dios por hacerme elegir las palabras exactas.
Gregorio XVII.

Se abrió la puerta de la habitación y entró su secretario personal y hombre de entera confianza que le dijo:
– Buenos días, su santidad, ¿me llamaba?
– Sí, quiero que entregues este escrito para hacerlo público.
– El primer escrito de su Santidad Gregorio XVII, qué rápido.
– No puedo esperar más, hay que reaccionar cuanto antes.
– Enseguida toda la cristiandad estará al corriente de sus palabras.
– Eso espero.
– Si no necesita nada más, me retiro.
– Puede retirarse - El secretario salió de la habitación.



Sede del P.C.U (Partido Católico Ultraconservador), el comunicado del Papa acaba de ver la luz y el partido convoca una asamblea urgente para tratar el asunto. Toma la palabra el director del partido, el señor Flavio Di Iuorio:

– Señores, este comunicado es muy extraño. Creo que debemos tener cuidado con este Papa, parece que quiere modernizar la Iglesia. No debemos consentirlo.
– Propongo matarlo– dijo el vicepresidente, Maurizio Sismondi – Hemos obtenido excelentes resultados electorales y no podemos arriesgarnos a perder a esos votantes porque un Papa de pacotilla nos pisotee los ideales. Además, ¿qué pensarían nuestras sucursales en otros países donde son ya la oposición? No hay duda, hay que matarlo antes de que sea demasiado tarde.
– No, hay que esperar a ver hasta donde va a llegar – dijo el presidente honorario Ulstano Capalozza – tenemos que tener en cuenta que dependemos del Vaticano económicamente y una muerte ahora levantaría sospechas sobre nosotros. ¿No recordáis que durante varias semanas se dijo en la prensa que este partido asesinó al anterior Papa? Estamos en el punto de mira.
– La prensa siempre ha sido muy especuladora, y tenemos controlados a la mayoría de periódicos, – replicó el señor Di Iuorio – basta una llamada para que se desmientan todos los rumores.
– Además, todo el servicio del Vaticano está a nuestra merced, – aportó el señor Sismondi – ¿que muere el papa?, nosotros le decimos al forense que ha sido de un infarto repentino y punto.
– Yo digo que es mejor esperar y en su caso sobornar, como hicimos con el idiota de Juan Pablo IV – interrumpió Capalozza – ¿Os acordáis de ese que quería ordenar a las mujeres sacerdotes? Bien que se retractó cuando descubrimos sus escarceos sexuales con la presidenta del partido feminista.
– Lleva razón Capalozza, hay que ver por dónde va a tirar este Papita. – Dijo pensativo Di Iuorio – Debemos ver como se desarrollan los hechos, y una vez que le veamos la verdadera cara al señor Jáuregui, podemos actuar.


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