Este es un blog donde encontraréis cositas varias que ni yo mismo sé que voy a poner, sólo espero que disfrutéis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo

martes, 28 de octubre de 2008

Escuchando la magia en mis oídos


Escuchando la magia en mis oídos
tras regresar de los años ochenta
sentado en el autobús del olvido
pero que a veces recuerda.
Mirando por la ventana al cielo claro
las nubes ponen la nota discordante dentro de él
y las torres de hierros y cables camuflados
sirven para que las nubes se vayan a esconder.
El cielo claro se despierta con el abrazo
que nos da la columna de nube artificial
nubes de hedor, de tabaco y alquitrán
que se posa en la calzada, su regazo.
El viento mueve el abrazo de la nube
un día el poniente, otro el levante
pero siempre, siempre sube
dispuesto a cautivarte.
En el cielo azul una gaviota vuelta
va camino del buffet que su comida día tras día le dio
pero se topa con la nube que sale cada mañana
y ya hasta las gaviotas tienen cáncer de pulmón.
Que bello sería ver el cielo azul
y ver al sol vestido de fiesta y a la luna de tul.
Vámonos de paseo por la vida a ver morir la gaviota
vamos a ver los abrazos que van de boca en boca.
Escuchando la magia en mis oídos
tras regresar de los años ochenta…

lunes, 27 de octubre de 2008

No dudaría

Una de las grandes canciones de la historia con un mensaje que no debe pasar desapercibido, Antonio Flores y su "No dudaría":

Si pudiera olvidar
Todo aquello que fui
Si pudiera borrar
Todo lo que yo vi
No dudaría
No dudaría en volver a reír

Si pudiera explicar
Las vidas que quite
Si pudiera quemar
Las armas que use
No dudaría
No dudaría en volver a reír

Prometo ver la alegría
Escarmentar de la experiencia
Pero nunca, nunca mas
Usar la violencia

Si pudiera sembrar
Los campos que arrasé
Si pudiera devolver
La paz que quité
No dudaría
No dudaría en volver a reír

Si pudiera olvidar
Aquel llanto que oí
Si pudiera lograr
Apartarlo de mí
No dudaría
No dudaría en volver a reír

Prometo ver la alegría
Escarmentar de la experiencia
Pero nunca, nunca mas
Usar la violencia

Prometo ver la alegría
Escarmentar de la experiencia
Pero nunca, nunca mas
Usar la violencia

[Antonio Flores]

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Antonio Flores


Rosario Flores



miércoles, 22 de octubre de 2008

Hoy puede ser un gran día

Aquí os dejo con una canción de Joan Manuel Serrat que tiene un mensaje de optimismo total, vamos a aplicárnoslo porque "Hoy puede ser un gran día":

Hoy puede ser un gran día,
plantéatelo así,
aprovecharlo o que pase de largo,
depende en parte de ti.
Dale el día libre a la experiencia
para comenzar,
y recíbelo como si fuera
fiesta de guardar.
No consientas que se esfume,
asómate y consume la vida a granel.
hoy puede ser un gran día,
duro, duro con él.
Hoy puede ser un gran día
donde todo está por descubrir,
si lo empleas como el último
que te toca vivir.
Saca de paseo a tus instintos
y ventílalos al sol,
y no dosifiques los placeres,
si puedes, derróchalos.
Si la rutina te aplasta
dile que ya basta de mediocridad,
hoy puede ser un gran día
date una oportunidad.
Hoy puede ser un gran día
imposible de recuperar,
un ejemplar único,
no lo dejes escapar.
Que todo cuanto te rodea
lo han puesto para tí,
no lo míres desde la ventana
y siéntate al festín.
Pelea por lo que quieres
y no desesperes si algo no anda bien,
Hoy puede ser un gran día,
y mañana también!

[Joan Manuel Serrat]

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Versión de Joan Manuel Serrat


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Versíón de Chambao


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Versión de Joan Manuel Serrat, Miguel Ríos, Ana Belén y Victor Manuel



domingo, 19 de octubre de 2008

Caminando por el Libro de la Selva


Al leer la crítica "El libro de la selva" en el blog de mi amiga Clementina, me dispuse a comentarle y me salió otro artículo crítico que a partir de ahora pasa a formar parte de mi rincón:


Parece mentira como en este país, no se si en otros del mundo, los programas llamados del corazón o de la prensa rosa, ocupaban esos primeros puestos en las listas de audiencias en detrimento de programas cuyo contenido podría enseñar, culturizar, educar, informar al fin y al cabo, que veían como los espectadores (esa gran masa inerte que sigue al más poderoso) los consideraban como programas aburridos y sólo dignos de ser emitidos con el motivo de echar una buena siesta. Pero algo tiene esa televisión rosa, esa telebasura que muchos llaman, y es que engancha al espectador, como un libro engancha a un lector, pero como en la lectura, puede enganchar algo malo y algo bueno, y normalmente lo malo, lo que carece de algo más allá de puro y mero entretenimiento, es lo que suele enganchar. Aquí gusta el morbo y los mayores fabricantes de morbo son los mayores comunicadores de este país, aunque su carrera se resuma en haber investigado e informado sobre las diversas novias que ha tenido el padre de Jesulín de Ubrique.
Pero también podemos preguntarnos ¿Por qué se recurre a este tipo de programas? Puede ser que la respuesta no esté tanto en este tipo de programas, sino también en los demás, en esa mayoría que si tratan temas de sociedad vemos la cruda realidad del maltrato, la pederastia, los asesinatos, etc. si tratan la política vemos las mentiras de uno y otro bando sólo en beneficio de su propio interés sin tener en cuenta al pueblo, si tratan de economía nos hacemos eco de esa crisis que nos asola. Realmente los programas rosas hacen que, ante los quebraderos de cabeza que nos dan las otras ofertas televisivas, huyamos a temas más vanales e insustanciales que despejarnos y olvidarnos de esa realidad que nos tiene atrapados.
Quizá, en esta selva, ni las flores son tan bellas ni las víboras tan venenosas, que todas tienen peligro en forma de alérgico veneno.

Pensando en que pensaba sin pensamientos


Este es un pasodoble que escribí para esa chirigota que no vamos a poder sacar en 2009. Lleva música mía y la letra logicamente también lo es, espero que guste:

Pensando en que pensaba sin pensamientos
buscando un futuro que algún día pasó
mi mente le da vueltas a ese destino
que me aguarda ese recuerdo cuando jamás sucedió.
Vivo dentro de mis sueños la realidad que quisiera
vivo dentro de la vida el sueño que yo durmiera
abrazándome al sentido de la mente
aquel que me deseó constantemente
pero nunca deseó ser realidad
Pensando en que pensaba yo sin pensamientos
confundí los sentimientos: dolor y felicidad.
Me imaginé volar
aviones de papel
trazando al vuelo mil mariposas
me imaginé cantar
canciones del ayer
e imaginé que eran claras las sombras.
Pensando en que pensé
que todo era verdad
cuando tan sólo era fantasía.
Y ahora futuro lo veo tan claro
como ese rescoldo que dan las cenizas
y por el cielo vuelan mariposas
con seria sonrisa, con seria sonrisa.


sábado, 11 de octubre de 2008

A la luz de la vidriera


En la soledad de mi celda, tan oscura y siniestra como la palabra de Dios misma, escribo esta carta sin receptor alguno, sólo con la idea de que alguien en algún momento de la historia pueda detenerse a leerla.
Soy un fraile que vive recluido en este monasterio donde fue a parar creyendo que en él encontraría la luz divina, pero la luz divina no la transmiten las grandes vidrieras que adornas las fachadas catedralicias ni los grandes cirios que iluminen los altares más lujosos de las grandes basílicas, la luz de Dios no es algo ligado a la iglesia, ni a sus hacedores.
Quien quiera encontrar la paz con una simple confesión ante una sotana, no encontrará más que una excusa barata para rezar y sentirse culpable. La verdadera paz es aquella que debemos perseguir más allá de estos muros que me encierran. No sé bien qué hay en el exterior, pero de todos, soy el que más contacto tiene con la libertad.
Un niño, harapiento, churretoso y desnutrido, todas las noches viene a mi ventana y a cambio de un pedazo de pan me cuenta qué sucede en los mundos profanos. No puedo hallar en sus palabras más que miedo, horror y tristeza. Sólo son peleas, asesinatos, robos, saqueos y demás violaciones de los santos mandamientos que diera Moisés. Sólo son esos los mismos que vienen a confesarse una vez en semana y que una vez que salen del templo vuelven a dar motivos por los que poder confesarse pasados siete días. ¿Qué tendrá este templo que conduce a la oveja descarriada? Será la luz de las vidrieras aquellas que inundan de paz lo que es guerra en la luz del sol sin camuflar. Tal vez sea este el templo de las mentiras y la calle el templo de las verdades, o quizá sea al revés.
No se si esto se volverá a leer en cualquier otro momento, pero si es así, espero que la guerra sea dentro de estas paredes y fuera exista la luz de las vidrieras, pues esto es sólo un templo al que acudir una vez en semana y aquello la calle donde vivir toda una vida.

Fray José de Cádiz

domingo, 5 de octubre de 2008

El cuento


Hoy es el cumpleaños de una persona muy especial para mí y hace un tiempo le conté un cuento que ahora quiero poner aquí, tal cual salió, sin retoques de ningún tipo, como felicitación:

Érase una vez que se era, en un país muy lejano nació un rusito (ya no hace falta decir el país) desde pequeño sentía algo que no sabía que era pero que cuando veía una mesa le hacía marcar un compás con sus nudillos de tal manera que todos quedaban asombrados pues sacar un compás en un mostrador de mármol es muy complicado.
Un día decidió visitar el mundo, quiso ir a Italia, pero como los aviones son así, él apareció en Cádiz. Se dice que Italia es muy bella pero cuando leyó en un cartel "Cádiz" supo entonces lo que era la belleza. Paseó y paseó por esas estrechas calles con cañones en las esquinas, una ciudad protegida sin duda alguna, a pesar de que sus murallas están abiertas a quien quiera entrar. Los habitantes de esa ciudad eran muy extraños, uno, hombre por su barba, llevaba una caperuza roja y una faldita con delantal, otra, mujer por sus ojos, llevaba una barriga postiza y una barba de plástico. Se lanzaban unos a otros unos papeles recortados muy pequeños y de colores y unas tiras que escapaban de aquí para allá. Quiso ver algo de orden, pues en unas carrozas iban subidos más de 40 policías, pero en lugar de imponer orden, armaron jaleo tocando y cantando unas piezas muy curiosas, será que la música amansa a las fieras. Siguió caminando cuando de pronto, a la altura de un parque que pertenecía al señor Genovés, por un alguien italiano, miró hacia un edificio con unas columnas que tenían pinta de despellejar si te apoyabas en ellas. De entre las columnas surgió una mujer. Vestía una larga túnica antigua, como una griega más, pero por su belleza era la reina más bella, la diosa de la belleza quitándole el puesto a la misma afrodita.
Quedando maravillado por la belleza fue tras ella y comprobó que era rusa al igual que él. Descubrieron que los dos habían ido a parar a aquel rincón tan extraño empujados por ese compás de nudillo. Entre charlas rusitas caminaron y fueron a parar a ese rincón donde los vientos pelean por ser quien la acune, esa playa, la Caleta. No les quedó más remedio que silenciarse al contemplar la puesta de sol más bonita que ningún pintor podría captar jamás. Cuando el último rayo besó las aguas caleteras, los dos rusos se miraron y se dieron un abrazo y un beso tan grande que hasta comenzó a saltar otro viento, meciendo las barquillas.
Desde entonces cada noche van a ese lugar y reviven el momento.
Luego, después del abrazo, se levantaron y se fueron paseando por el campo del sur hablando de sus cosas y recordando el paisaje más bello jamás visto. ¿La caleta? no, el rostro del otro al abrazarse.

Porque los cuentos pueden llegar a hacerse realidad.