Este es un blog donde encontraréis cositas varias que ni yo mismo sé que voy a poner, sólo espero que disfrutéis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo

sábado, 11 de octubre de 2008

A la luz de la vidriera


En la soledad de mi celda, tan oscura y siniestra como la palabra de Dios misma, escribo esta carta sin receptor alguno, sólo con la idea de que alguien en algún momento de la historia pueda detenerse a leerla.
Soy un fraile que vive recluido en este monasterio donde fue a parar creyendo que en él encontraría la luz divina, pero la luz divina no la transmiten las grandes vidrieras que adornas las fachadas catedralicias ni los grandes cirios que iluminen los altares más lujosos de las grandes basílicas, la luz de Dios no es algo ligado a la iglesia, ni a sus hacedores.
Quien quiera encontrar la paz con una simple confesión ante una sotana, no encontrará más que una excusa barata para rezar y sentirse culpable. La verdadera paz es aquella que debemos perseguir más allá de estos muros que me encierran. No sé bien qué hay en el exterior, pero de todos, soy el que más contacto tiene con la libertad.
Un niño, harapiento, churretoso y desnutrido, todas las noches viene a mi ventana y a cambio de un pedazo de pan me cuenta qué sucede en los mundos profanos. No puedo hallar en sus palabras más que miedo, horror y tristeza. Sólo son peleas, asesinatos, robos, saqueos y demás violaciones de los santos mandamientos que diera Moisés. Sólo son esos los mismos que vienen a confesarse una vez en semana y que una vez que salen del templo vuelven a dar motivos por los que poder confesarse pasados siete días. ¿Qué tendrá este templo que conduce a la oveja descarriada? Será la luz de las vidrieras aquellas que inundan de paz lo que es guerra en la luz del sol sin camuflar. Tal vez sea este el templo de las mentiras y la calle el templo de las verdades, o quizá sea al revés.
No se si esto se volverá a leer en cualquier otro momento, pero si es así, espero que la guerra sea dentro de estas paredes y fuera exista la luz de las vidrieras, pues esto es sólo un templo al que acudir una vez en semana y aquello la calle donde vivir toda una vida.

Fray José de Cádiz

2 comentarios:

  1. Como ya te dije por MSN cuando me lo enseñaste, el texto está realmente bien, con reflexiones muy profundas muy bien tratadas.

    Adeus!

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  2. Gran texto, y muy buena reflexión -aunque lo parezca, no me estoy copiando del comentario de gadi, ¿eh?-. Yo veo ahí un tema bastante interesante para una novela, piénsatelo :P

    Un abrazo!

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