Este es un blog donde encontraréis cositas varias que ni yo mismo sé que voy a poner, sólo espero que disfrutéis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo

miércoles, 13 de agosto de 2008

El jardín de tus secretos

Abro los ojos y veo un gran jardín que se expande ante el horizonte que dibujan mis pupilas. Hay árboles, palmeras de diversos tamaños, flores de todo tipo y colores, aunque predominan las de color rojo que llenan cada una de las orillas de los caminos que me llevan al centro. Allí, donde los caminos terminan hay una fuente y a su alrededor crecen dos escaleras que conducen a un piso superior tan inundado de verde y belleza, y tan espeso en su longitud que parece no acabar, como si a cada pestañeo creciera un poco más.
A los pies de la fuente hay una pequeña loza en la cual hay escrito algo: “El jardín de tus secretos”. Suena en mi voz esta frase y un escalofrío me recorre de arriba abajo y en inverso recorrido. De la espesura aparece un animal que nunca antes había visto. Tiene un cuerpo muy largo con algunas manchas cuadradas que simétricamente cubren el tronco del animal, su cabeza es la de un perro que con colmillos protuberantes y una lengua kilométrica da paso a unos ojos de gato que hipnotizan. La cola era la de un reptil, un cocodrilo parece ser. Doy un paso atrás asustado por tan extraña criatura, aunque no dejo de observarla. Sube las escaleras y se marcha corriendo. No sé porque razón pero estoy corriendo tras ella, no puedo parar de perseguirlo, pues su figura al correr me atrae y me trasmite una curiosidad que hace que mis piernas se muevan tras él.
Tras algunos minutos de carrera, el animal desaparece y allí estoy yo. Solo ante una nueva fuente, mucho más grande que la anterior, medirá unos tres metros. Es de piedra y tiene tallados unos ojos preciosos bien abiertos y otros ojos medio cerrados. De los abiertos caen lágrimas que van a parar a la base de la fuente que está tallada como brazos acunando al llanto. Los ojos medio cerrados apenas desprenden un hilo de agua que va a parar al mismo mar. Cuando las lágrimas llegan ahí se vuelven sangre, la fuente acuna la sangre como lágrimas de los ojos.
De pronto, el extraño animal se posa a mis pies y arranca de sus entrañas un alarido tan sonoro que los árboles, que sombra me dan, juntan sus copas y tapan por completo al sol. Todo está oscuro… abro los ojos, pero no veo más que vetas de madera madera.


2 comentarios:

  1. Esto empieza a ser un relato? Tiene muy buena pinta, ¿eh? Ya sabes que me gusta cómo escribes, qué primo tengo :) jeje

    Un abrazo

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  2. Bueno, en realidad es el relato completo jejejeje pero graciassssssss

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