Y dicen que cuando el sol acaricia la tierra el destello de luz que se pierde por ella alcanza las manos y los ojos de los sueños de quienes los ven. Caminando al horizonte, de despedida un beso, hacía aquel planeta honesto que de vista va a perder con la última luz que ve el cielo, con la primera luz que ven las aguas que casi en sus aguas nace y renace en cada atardecer. Una playa, un campo, una ciudad, una eterna persecución hacía la mar del sol que quiere enjuagarse y refrescar sus encendidas brasas que ayudan a iluminar. Una mano por la luna y la otra por el sol, dos destellos luminosos de la tarde celoso por no tenerlo está dios.
Este es un blog donde encontraréis cositas varias que ni yo mismo sé que voy a poner, sólo espero que disfrutéis tanto leyéndolo como yo escribiéndolo
sábado, 27 de septiembre de 2008
Destellos de cada tarde
Y dicen que cuando el sol acaricia la tierra el destello de luz que se pierde por ella alcanza las manos y los ojos de los sueños de quienes los ven. Caminando al horizonte, de despedida un beso, hacía aquel planeta honesto que de vista va a perder con la última luz que ve el cielo, con la primera luz que ven las aguas que casi en sus aguas nace y renace en cada atardecer. Una playa, un campo, una ciudad, una eterna persecución hacía la mar del sol que quiere enjuagarse y refrescar sus encendidas brasas que ayudan a iluminar. Una mano por la luna y la otra por el sol, dos destellos luminosos de la tarde celoso por no tenerlo está dios.
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