El Papa se sentó en su escritorio y escribió en un papel con el sello del Vaticano:
Decreto número 1
Los medios anticonceptivos
Los medios anticonceptivos
Yo, el Papa Gregorio XVII, declaro que, dentro de treinta días, será válido el uso de los medios anticonceptivos. El fin del acto sexual es la procreación, pero es también una manifestación de amor y Dios dijo: “amaos los unos a los otros”. El sexo es una muestra física de amor. Sin amor no se entiende el sexo. Ya que el amor se debe expresar, hay que hacerlo de manera segura. La procreación se llevará a cabo cuando la pareja quiera, pero no es el fin único del acto sexual. Si la iglesia prohíbe el uso de medios anticonceptivos incita a una relación sexual sin ellos que puede desembocar en embarazos no deseados (y traer un hijo al mundo en una situación no propicia para ello es peor que evitar el sufrimiento), o bien desembocaría en una enfermedad que podría desencadenar la muerte. Por lo tanto nos convertiríamos en asesinos. Y la muerte sólo debe venir de la mano de Dios.
15 de noviembre del año del Señor
Gregorio XVII
Sede del P.C.U. Todos los miembros reunidos en torno a la mesa para tratar el primer decreto del Papa:
– Hay que cortarle las alas a este hombre – dijo en tono elevado y con amplia muestra de enfado en su gesto el vicepresidente– no podemos dejar que esto siga así.
– No, hay que esperar, ha dicho que este decreto será válido en treinta días, hasta entonces debemos aguardar para ver qué otras sorpresas nos da. – Ulstano Capalozza ordenó –
– Tiene razón el señor Capalozza, debemos esperar. – dijo El presdente Di Iuorio– Estoy seguro de que seguirá con estos decretos. Hay que esperar y luego, antes de que llegue el día en el que sean válidos los decretos, el papa caerá con todo su imperio.
– Señores, no, hay que actuar ya. – afirmó Sismandi– La sociedad pide nuestra opinión sobre estas cuestiones, hay que pronunciarse.
– Habrá pues que lanzar un comunicado – sugirió Capalozza – ¿Qué podemos decir? ¿Se le ocurre algo, Señor Presidente?
– Por el momento creo que es mejor no pronunciarse. – sentenció Flavio Di Iuorio– Tenemos muchos asuntos entre manos. Hay que gobernar, luego ya entraremos en otros asuntos. Total, hasta dentro de treinta días estos decretos no nos afectarán, con lo cual hasta entonces tenemos para posicionarnos.
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