El día y la noche, la noche y el día, luz y penumbra, oscuridad y claridad. Entre una y otra el azar, un día es una partida al azar, cada uno juega con los dados que quiere, o que puede y son éstos los que marcan cuantas cosas más o menos importantes pasarán en el día, y en la noche. El día es esa luz, redonda, el sol sale y dibuja una semicircuferencia de este a oeste, la noche no es así, porque antes de terminar el trazo hemos apartado la vista del dibujo.
Los dados hacen la vida más interesente, pueden salir números altos o salir números bajos, la cuestión está en saborear cada uno de los momentos como si en los dados hubiera salido un 1....
Porque la noche no vive sin el día y el día no vive sin la noche, pero ¿la vida vive sin los dados del destino?

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