¿Por qué? ¿Por qué corro si no sé ni el motivo de porqué lo hago? No veo más allá de lo que la velocidad me permite ver, árboles, ramas, animales que comen tranquilos en un recóndito lugar de esta selva en la que me encuentro, corriendo, pero ¿Por qué corro? me persigue algo, sí, eso será, algún animal me estará persiguiendo, pero no lo sé, ni puedo saberlo, si es eso y me paro para comprobarlo, me atrapará y entonces estaré perdido. También puedo mirar atrás mientras corro, pero necesito mirar para adelante, las ramas y los árboles no responden a un orden de ubicación y en cualquier momento podría darme de pleno con algo. Pero no puedo parar, aunque no estoy cansado, aguanto bien la carrera, aunque lo que realmente me mata es la angustia de no saber el porqué corro, quiero saberlo, pero no tengo manera de averiguarlo. No escucho ruido más que el de la naturaleza y el de mis pisadas al dar con la hierba seca de la tierra. Quisiera llegar a alguna cueva donde poder refugiarme, pero no, aquí no veo nada más que ramas y árboles, pájaros que vuelan, serpientes que se arrastran buscando su presa, insectos, monos en los árboles, leones durmiendo en la sabana, no sé que hay detrás de mí, no sé por donde estoy, pero creo haber pasado por aquí otras veces, es como si estuviera corriendo ante un mismo paisaje que nunca acaba. Cuánto daría por un rugido que me indicase que un león me persigue… ¿Qué es eso? una luz, ¿no?, sí, es una luz, al menos eso creo, sale de la copa de ese árbol que está al fondo, lo distingo porque es alto, muy alto, debe tener más de diez metros de altura, me estoy aproximando a él, a lo mejor la luz proviene de una casa que alguien tiene ubicada en su copa, a ver si esa persona me ayuda a escapar de esa larga carrera que llevo corriendo contra otra algo que ni yo mismo sé lo que es.
He llegado, veo el árbol, es altísimo, mucho más de lo que de lejos uno pudiera imaginar. Es muy raro, ya no tengo ganas de correr, ya estoy quieto, parado, enfrente del árbol sin hacer nada, sólo lo miro. Qué curioso, su corteza es especial, sus betas forman una escalera de caracol que se pierden en la inmensidad de su tronco. ¿Subo o no subo? es mejor subir, al menos así huiré de mi peligro, ¿qué peligro? el que me hacía correr momentos antes. Pero ya no corro, ¿Por qué? quizás nada me persiguiera, quizás sólo quisiera llegar a este árbol, quizás huyera de algo visto en un sitio pero que no se mueve. No lo sé, no sé que hacer… voy a subir, no sé que habrá ahí arriba, pero tengo curiosidad en saberlo. Estos escalones son muy cómodos de subir, están una altura muy cómoda, pero que extraño, se van haciendo más altos.
Llevo más de cinco minutos subiendo y aún sigo en la parte de abajo del tronco, al menos eso creo por mi alrededor, no ha cambiado un ápice, está igual que cuando puse el primer pie en esta escalera de madera. Pero estoy subiendo, si miro abajo veo que he recorrido mucho tramo de escalera, todo es muy extraño. Seguiré subiendo, ya estoy llegando.
Ya llegué, al fin, no podía más, ahora sí que estoy cansado. Hay mucha luz, tanta que no puedo distinguir que es lo que hay realmente en la copa de este árbol. Por entre las ramas veo algo… es una puerta, ¿qué habrá ahí dentro? no lo sé, pero quiero saberlo. Voy a entrar…
He llegado, veo el árbol, es altísimo, mucho más de lo que de lejos uno pudiera imaginar. Es muy raro, ya no tengo ganas de correr, ya estoy quieto, parado, enfrente del árbol sin hacer nada, sólo lo miro. Qué curioso, su corteza es especial, sus betas forman una escalera de caracol que se pierden en la inmensidad de su tronco. ¿Subo o no subo? es mejor subir, al menos así huiré de mi peligro, ¿qué peligro? el que me hacía correr momentos antes. Pero ya no corro, ¿Por qué? quizás nada me persiguiera, quizás sólo quisiera llegar a este árbol, quizás huyera de algo visto en un sitio pero que no se mueve. No lo sé, no sé que hacer… voy a subir, no sé que habrá ahí arriba, pero tengo curiosidad en saberlo. Estos escalones son muy cómodos de subir, están una altura muy cómoda, pero que extraño, se van haciendo más altos.
Llevo más de cinco minutos subiendo y aún sigo en la parte de abajo del tronco, al menos eso creo por mi alrededor, no ha cambiado un ápice, está igual que cuando puse el primer pie en esta escalera de madera. Pero estoy subiendo, si miro abajo veo que he recorrido mucho tramo de escalera, todo es muy extraño. Seguiré subiendo, ya estoy llegando.
Ya llegué, al fin, no podía más, ahora sí que estoy cansado. Hay mucha luz, tanta que no puedo distinguir que es lo que hay realmente en la copa de este árbol. Por entre las ramas veo algo… es una puerta, ¿qué habrá ahí dentro? no lo sé, pero quiero saberlo. Voy a entrar…
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