Pensar

Pensar, ¿Para qué sirve pensar si el receptor de los pensamientos es el mismo que los emite? ¿No sería más normal pensar en voz alta de forma que los pensamientos sirvan para algo? Pensar no es más que dialogar con la mente para que ésta vaya ordenando las ideas que surgen de la nada. Los pensamientos son emitidos por la mente, pero hay dos tipos de mente, la emisora que es aquella que desarrolla el intelecto formando los pensamientos que han de trasmitirse al otro tipo de mente, la receptora que se encarga de recibir y almacenar todos los pensamientos de forma que en nuestra mente podamos saber cuales son éstos.
Se dice que los textos que se escriben diciendo lo que se siente son textos de pensamiento. Esto es cierto sólo en cierto modo, si los textos están escritos sin colaboración de la mente nada más que para emitir los pensamientos, sí será un texto de pensamiento, pero, si la mente da forma a los pensamientos, éstos no serán tales porque si pensamos sobre lo que pensamos es que los pensamientos no están suficientemente pensados como para ser escritos sin necesidad de una fuerza que los desarrolle.
Un pensamiento nace cuando una chispa ilumina la mente sobre algún tema, no deja de ser una mera opinión sobre algo, pero esta opinión va creciendo hasta convertirse en un pensamiento, es decir, en una opinión propia no influenciada por nada ni por nadie. Al principio, las opiniones vienen influenciadas porque para que un tema llegue a tu mente ha de ser concebido previamente, y eso que se concibe está emitido por otras personas y mentes pensantes que no hacen más que plasmar pensamientos o “pensamientos”. Sólo cuando conseguimos olvidarnos de la influencia, quedarnos con el problema en sí y reflexionar sobre él llegando a una opinión verdadera y personal del mismo, podemos decir que tenemos pensamientos, lo demás no será más que una simple paráfrasis de los pensamientos ajenos.

21 de Julio de 2007